Cada navidad tiene un toque distinto. Cada navidad es totalmente diferente. Es una lástima que últimamente el verdadero sentido se esté perdiendo, aunque en algunos hogares aún se conserva. Al menos en el mío lo intentamos.
Creo que nuestra celebración de la navidad ha ido madurando poco a poco. Claro está que poco a poco cada uno de los integrantes ha ido madurando. Desde ahí ya es un buen regalo. En estas navidades hemos hecho el "ritual" del arrullo del niño y lo hemos puesto todos, como familia, en el nacimiento. Fue un gesto muy lindo. Creo que la mayoría entendimos el significado de ese momento. Aunque le fue un poco más difícil a un miembro de la familia, se integró y participó. Todo en general fue muy significativo. ¿La mejor parte? Pues, mi novia ha llegado a casa para, igual convivir un poco con la familia. Igual en ello se ha ido madurando, a pesar de las dificultades iniciales. ¡Ya era tiempo!
Creo que ha sido un buen presente para el Niño Dios, el convivir como familia. ¿Regalos? Pues, algunos. Bueno, de hecho, casi todos recibieron, con excepción de mi hermanita y yo; pero eso no importa, creo que recibí los mejores: el estar al lado de las personas que más quiero... Aunque a veces no nos llevemos como queramos.
26 de diciembre de 2006
9 de diciembre de 2006
Católico en el mundo...
Un día de ocio normal, y he entrado a ver algunos de las diversas discusiones que hay entre los jóvenes, y uno ha llamado mi atención: el cristiano en el mundo.
Ése es un tema que he platicado hace poco con mi novia. Se hizo interesante, ella, a punto de ser ya Licenciada en Ciencias de la Familia; yo, estudiante de Psicología. Dos visiones, dos mundos diferentes. ¡Complementariedad!
He manifestado mi descontento con la manera de proceder de muchos católicos (y digo muchos, únicamente basado en los que conosco y que sé que son comprometidos), ante temas que son controvertidos y "puntiagudos". Aunque claro, se entiende si se ve que proceden bajo la consigna de "aquí corrió que aquí murió". Es decir, por falta de conocimiento se prefiere una retirada caballerosa, que un enfrentamiento en temas, por demás, desconocidos.
Pero, ¿a qué temas me refiero? Sexualidad, homosexualidad, métodos anticonceptivos, hijos, eutanasia y muchos temas más que hacen "ruido" en nuestra conciencia. Como todos (sí, todos), sabemos que una sexualidad promiscua es mala, que la homosexualidad es una enfermedad, que los métodos anticonceptivos no están permitidos, que los hijos son los que Dios quiera, que no hay que permitir la eutanasia, etc., pero no sabemos el exactamente por qué. Bueno, uno que otro "atrevido" lo sabe.
A qué me refiero con esto. Que los católicos, todos los católicos, debemos estar preparados para poder "defender" nuestras posturas con argumentos sólidos y racionales, sin deificarlos. No es que me esté poniendo contra Dios, no confundan, sino que los argumentos que hacen referencia a Dios, casi siempre, se rechazan y no se aceptan. Es tiempo de empezar a ser del mundo, y no retraernos en una "burbujita" tratando de no inmiscuirnos en esos temas. ¿Recuerdan que "la verdad os hará libres"? Nuestro ejemplo puede ser una excelente testimonio. Nuestra verdad puede marcar brecha, quizá no cambiar conciencias, pero sí harán "ruido" en las conciencias.
Gracias a que me estoy formando en una universidad laica, donde la psicología es la más "mundana" que pueda existir es que me surgió esta inquietud; pero no he querido retraerme y no entrar al "combate" de ideas. Muy por el contrario, con ayuda de mi novia y por mí mismo, he ido aprendiendo cada vez más. He conocido ambas posturas, sé algunos porqués y algunos contras. No todos, la verdad es que me gustaría saber más y más, poder conocer y poder "defender".
Lo único en lo que quiero reflexionar es sobre la actitud del católico en la modernidad. No podemos seguir mostrándonos "mochos" o "anticuados" (aunque esos calificativos son de fuera, no nuestros), o seguir siendo ignorantes en diversos temas. De todas maneras, aún conociendo esto quizás todo seguira siendo igual, pero al menos estaremos haciendo "ruido". Recuerden que millones de gotitas es lo que hace el mar. Es claro que esto es un llamado especial para los jóvenes. Somos los que más nos enfrentamos con estos temas, los que vivimos a diario esta situación.
Común se está volviendo escuchar que un amigo o amiga nuestra cuenta que está empezando a tener relaciones sexuales; o que se promueve el uso de anticonceptivos sin ton ni son; o que alguien cercano ha declarado ser homosexual. Así como éstos, hay muchos más. ¿Cuál es la reacción común? Un alejamiento de esos tema "impuros", pero no tenemos los argumentos para poder "combatirlos". Es tiempo de cambiar esta "triste" concepción de los católicos. Hay que transformar nuestro mundo. Hay que marcar brecha. Ser parte del "mundo", siendo del "mundo", pero marcando diferencia.
7 de diciembre de 2006
La ventana...
¿Nunca les ha pasado que estando en casa al mirar una ventana ven el cielo con nubes grises amenazantes con la lluvia, atemorizantes; mientras que al mirar hacia otra ventana, opuesta a la anterior, ven el cielo azul con unos rayos de sol hermosos, que iluminan cada espacio por donde van?
Dos ventanas, pero el mismo cielo. Por un lado la parte oscura, tenebrosa. Por otro, la iluminada, alegre.
Así es la vida, bajo sus dos vertientes. A veces seré difícil, a veces será maravillosa. Cuando estamos en los momento de mayor complicación, renegamos a todo lo que antes teníamos. Peleamos, sufrimos, lloramos. Estamos mojándonos en la ignominia. El cielo sombrío nos impide ver el sol, y nos pasamos esos momentos cabizbajos, olvidándonos que es nuestra vida, y que así como el cielo puede tener dos "rostros", nuestra vida también las tiene. En los momento de mayor dificultad, olvidamos que antes de esta lluvia brillaba el sol en demasía, y que segurmante volverá a brillar pasada la tormenta...
Entonces, ¿por qué dejarnos abatir por la tristeza? Si después el cielo mostrará sus mejores galas, pintará un arcoirir y el cielo será mucho más brillante que antes. Quizás pocos lo entiendan, pero el oro no sería oro, si antes no se funde.
6 de diciembre de 2006
Apatía
¿A dónde van los mexicanos con su sentimiento de apatía? He empezado a reflexionar sobre esta situación hoy, que es un día particularmente interesante.
La cuota del transporte público tiene un incremento. Hoy, diversos líderes estudiantiles han convocado a una marcha para protestar contra esta medida. Pero, ¿cuántos no estarán pensando lo mismo que yo? Sí, lo acepto, ¡no voy a ir! ¿El motivo? Pues, no creo que vayan a bajar el pasaje después de un día de haberlo subido. Además, ¿qué sentido tiene ir a hacer revueltas? Digo, quizás se quiera exigir un mejor servicio si ya le subieron, pero, ¡qué apatía ir a caminar por las calles gritando consignas y peticiones? Quizás esa misma apatía que a mí me invade, también la tengan los que ostentan el poder...
Entonces, surge la gran pregunta de los sesenta mil: ¿a dónde van los mexicanos con su sentimiento de apatía? Así como a mí, a varios centenares de mexicanos les gana la apatía antes de hacer algo que podría tener un fin distinto si obtaran por hacer alguna petición. "¿Para qué? Si de todas maneras no me van a hacer caso?", "¡qué pérdida de tiempo!", "la neta, qué flojera". Y así, como éstas, muchas otras consignas que se levantan para no ir a exigir lo que nos corresponde por derecho. ¿Hasta cuándo vamos a permitir que los demás pasen por encima de nosotros, únicamente por ser apáticos en el momento de exigir lo que nos correspondo?
Claro que está con sus respectivos límites. Si algo hay que rescatar del movimiento de la APPO, es eso, su afán de lucha de no quedarse inertes ante las injusticias. Pero para su desgracia y la del país, ésta se desvirtuó y empezaron con los desmanes.
Entonces, ¿a dónde vamos con este afán? ¡Alzemos la voz! (Chispas, hasta parezco comercial). Pero es cierto, a veces la apatía nos invade en exceso. Tenemos que responsabilizarnos de las cosas, aún cuando a nosotros no nos sucede diréctamente. Eso de que "me da igual", o "a mí no me afecta en gran medida", son puras patrañas; no es nada más que apatía ante una realidad que exige una respuesta.
¡Ya basta de la apatía mundial! Muchos ya están despertando. Que no nos gane la apatía al ver que, en un principio, nuestra voz sólo parece eco, pero sin respuesta. ¡Hay que seguir!
Pero, eso sí. Hay que analizar seriamente las cosas antes de hacer barbaridades. No hagamos movimientos viscerales, llevados nada más por lo que sintamos en el momento. Si notamos injusticia, analizamos si ésta en verdad existe, y si las pruebas así lo aprueban... ¡No se queden callados!
Venga... ¡Por un mundo mejor!
La cuota del transporte público tiene un incremento. Hoy, diversos líderes estudiantiles han convocado a una marcha para protestar contra esta medida. Pero, ¿cuántos no estarán pensando lo mismo que yo? Sí, lo acepto, ¡no voy a ir! ¿El motivo? Pues, no creo que vayan a bajar el pasaje después de un día de haberlo subido. Además, ¿qué sentido tiene ir a hacer revueltas? Digo, quizás se quiera exigir un mejor servicio si ya le subieron, pero, ¡qué apatía ir a caminar por las calles gritando consignas y peticiones? Quizás esa misma apatía que a mí me invade, también la tengan los que ostentan el poder...
Entonces, surge la gran pregunta de los sesenta mil: ¿a dónde van los mexicanos con su sentimiento de apatía? Así como a mí, a varios centenares de mexicanos les gana la apatía antes de hacer algo que podría tener un fin distinto si obtaran por hacer alguna petición. "¿Para qué? Si de todas maneras no me van a hacer caso?", "¡qué pérdida de tiempo!", "la neta, qué flojera". Y así, como éstas, muchas otras consignas que se levantan para no ir a exigir lo que nos corresponde por derecho. ¿Hasta cuándo vamos a permitir que los demás pasen por encima de nosotros, únicamente por ser apáticos en el momento de exigir lo que nos correspondo?
Claro que está con sus respectivos límites. Si algo hay que rescatar del movimiento de la APPO, es eso, su afán de lucha de no quedarse inertes ante las injusticias. Pero para su desgracia y la del país, ésta se desvirtuó y empezaron con los desmanes.
Entonces, ¿a dónde vamos con este afán? ¡Alzemos la voz! (Chispas, hasta parezco comercial). Pero es cierto, a veces la apatía nos invade en exceso. Tenemos que responsabilizarnos de las cosas, aún cuando a nosotros no nos sucede diréctamente. Eso de que "me da igual", o "a mí no me afecta en gran medida", son puras patrañas; no es nada más que apatía ante una realidad que exige una respuesta.
¡Ya basta de la apatía mundial! Muchos ya están despertando. Que no nos gane la apatía al ver que, en un principio, nuestra voz sólo parece eco, pero sin respuesta. ¡Hay que seguir!
Pero, eso sí. Hay que analizar seriamente las cosas antes de hacer barbaridades. No hagamos movimientos viscerales, llevados nada más por lo que sintamos en el momento. Si notamos injusticia, analizamos si ésta en verdad existe, y si las pruebas así lo aprueban... ¡No se queden callados!
Venga... ¡Por un mundo mejor!
5 de diciembre de 2006
Extraño en un mundo de extraños...
Hoy he despertado, y por un momento creí estar en otro lugar. He mirado a la ventana y he visto todo color rojo; en los cristales, algunas gotas luchaban por no dejarse vencer por la fuerza de la gravedad. Me he sentido extraño, enajenado.
Hago las cosas de rutina, pero no soy yo. He llegado, y veo cada alma vagante. Cada pisada un sendero, cada cual un sentido, cada cual una vida. Pero... me siento extraño. Prefiero alejarme, permanecer apartado. Ahí es el mejor lugar. Puedo ver cómo se destrozan lentamente, sutilmente. Puedo escuchar cada palabra vacía, carente de veracidad. Puedo oler el llanto y la angustia de cada uno de ellos; no lo pueden ocultar. Puedo sentir la sangre escurrir por sus manos; asesinos de sus propios semejantes. Puedo probar su desdicha, sabor soledad.
Creo no pertenecer a este mundo tan extraño. Me froto los ojos para ver un poco mejor la realidad, y alcanzo a vislumbrar cadáveres andantes, zombies sin un alma. ¡Qué angustiosa realidad!
Suena el ruido fuerte de una campana, que a lo lejos esconde su enaltecidas torres...
Hago las cosas de rutina, pero no soy yo. He llegado, y veo cada alma vagante. Cada pisada un sendero, cada cual un sentido, cada cual una vida. Pero... me siento extraño. Prefiero alejarme, permanecer apartado. Ahí es el mejor lugar. Puedo ver cómo se destrozan lentamente, sutilmente. Puedo escuchar cada palabra vacía, carente de veracidad. Puedo oler el llanto y la angustia de cada uno de ellos; no lo pueden ocultar. Puedo sentir la sangre escurrir por sus manos; asesinos de sus propios semejantes. Puedo probar su desdicha, sabor soledad.
Creo no pertenecer a este mundo tan extraño. Me froto los ojos para ver un poco mejor la realidad, y alcanzo a vislumbrar cadáveres andantes, zombies sin un alma. ¡Qué angustiosa realidad!
Suena el ruido fuerte de una campana, que a lo lejos esconde su enaltecidas torres...
¡Y despierto!
He llegado a donde tenía que llegar. No veo diferencie entre sueño y realidad. ¿Por qué el mundo es así? Definitivamente me siento como un extraño en un mundo de extraños...
27 de noviembre de 2006
Caminos...
La vida es una constante toma de decisión. En todo momento tenemos que decidir sobre esto o sobre aquello. Sobre qué ropa ponernos hoy, sobre qué comeremos... o incluso sobre si estudias psicología o medicina... ¡Qué vida la nuestra que debemos decidir constantemente! Es ahí donde los animales tienen ventaja; ellos simplemente se dejan llevar por los instintos...
Nosotros no. Como seres pensantes, tendemos a debatir entre los pros y los contras de las diferentes vertientes ante las cuales tienes que decidir. ¡Y qué difícil es cuando no tienes claro el camino que quieres seguir! Cada una de las opciones se presenta con sus mejores galas: "si me decido por éste, es mucho más ligero, pero es más tardado; en cambio, si opto por éste, probablemente sea más difícil, pero será mucho más rápido". Y constantemente nos estamos debatiendo al tomar una decisión... Particularmente creo, que es precisamente eso lo que hace divertida la vida...
Pero qué sucede con situaciones muy particulares en nuestra vida como el sufrimiento, ¿ahí también podemos decidir qué camino tomar? ¡Por supuesto que sí! Muchas personas se pasan la vida sufriendo por algo que ya paso o por alguien que ya se fue, argumentando que es imposible dejar de hacerlo, que en el momento que lo hagan, morirán. ¡Claro que no! Se han acostumbrado tanto al sentimiento, que se sentirían vacíos en el momento que lo hagan. No toman la decisión de ir por un nuevo camino (aunque como psicólogo estaría en un error decir que únicamente con ello ya podrán mejorar; probablemente necesiten ayuda).
Así como ante el sufrimiento y el dolor se puede tomar una decisión, así se puede decidir sobre casi cualquier cosa. Nadie puede ser dueño de tu voluntad. Ya lo decía un gran defensor de esta verdad, Viktor E. Frankl: "puedes perder todo, pero la libertad no la perderás jamás". La libertad de decidir qué camino tomar ante una determinada situación. Él sufrió en los campos de concentración nazi, pero nunca se dejó vencer; ante ello se sobrepuso, y optó por vivir... ¡Y lo logró! No hay nada imposible en nosotros. Sólo es cuestión de voluntad y de querer...
Nosotros no. Como seres pensantes, tendemos a debatir entre los pros y los contras de las diferentes vertientes ante las cuales tienes que decidir. ¡Y qué difícil es cuando no tienes claro el camino que quieres seguir! Cada una de las opciones se presenta con sus mejores galas: "si me decido por éste, es mucho más ligero, pero es más tardado; en cambio, si opto por éste, probablemente sea más difícil, pero será mucho más rápido". Y constantemente nos estamos debatiendo al tomar una decisión... Particularmente creo, que es precisamente eso lo que hace divertida la vida...
Pero qué sucede con situaciones muy particulares en nuestra vida como el sufrimiento, ¿ahí también podemos decidir qué camino tomar? ¡Por supuesto que sí! Muchas personas se pasan la vida sufriendo por algo que ya paso o por alguien que ya se fue, argumentando que es imposible dejar de hacerlo, que en el momento que lo hagan, morirán. ¡Claro que no! Se han acostumbrado tanto al sentimiento, que se sentirían vacíos en el momento que lo hagan. No toman la decisión de ir por un nuevo camino (aunque como psicólogo estaría en un error decir que únicamente con ello ya podrán mejorar; probablemente necesiten ayuda).
Así como ante el sufrimiento y el dolor se puede tomar una decisión, así se puede decidir sobre casi cualquier cosa. Nadie puede ser dueño de tu voluntad. Ya lo decía un gran defensor de esta verdad, Viktor E. Frankl: "puedes perder todo, pero la libertad no la perderás jamás". La libertad de decidir qué camino tomar ante una determinada situación. Él sufrió en los campos de concentración nazi, pero nunca se dejó vencer; ante ello se sobrepuso, y optó por vivir... ¡Y lo logró! No hay nada imposible en nosotros. Sólo es cuestión de voluntad y de querer...
24 de noviembre de 2006
Suspiros...
Suspiros, ¡oh, suspiros!
¡Cuántos suspiros vertidos a la eternidad!
Llevados por el velo de vuestra hermosura...
¡Cuántos suspiros vertidos a la eternidad!
Llevados por el velo de vuestra hermosura...
Detengaos, no os partid...
Quiero recordarlos y llevarlos en mi ser.
Quiero recordarlos y llevarlos en mi ser.
Suspiros, ¡oh, suspiros!
Que alimentan mi alma de ilusiones caballerescas y efímeras...
Que alimentan mi alma de ilusiones caballerescas y efímeras...
La dicha... ¡Qué dicha!
La dicha de que mis ojos se llenen de vuestra divinidad...
No soy digno, mas te observo...
Y mi mirada recorre cada rincón,
explora, pregunta, penetra...
Quisiera asir cada parte de vuestra alma...
La dicha de que mis ojos se llenen de vuestra divinidad...
No soy digno, mas te observo...
Y mi mirada recorre cada rincón,
explora, pregunta, penetra...
Quisiera asir cada parte de vuestra alma...
Pero no puedo...
Mi mirada sólo observa y reclama...
Mi mirada sólo observa y reclama...
¡No estáis aquí! Vives en un sueño...
"Princesa de la noche eterna, regaladme vuestro corazón".
"Princesa de la noche eterna, regaladme vuestro corazón".
Suspiros, ¡oh, suspiros!
Sólo me hacen desear, esperar, querer...
Sólo me hacen desear, esperar, querer...
Pero estaís tan lejos...
23 de noviembre de 2006
El dilema del currículum...
He empezado a hacer mi currículum. Nunca imaginé que me pasaría horas y horas frente a la computadora tratande de encontrar las mejores características que puedan describirte; y es que, ¿cómo poder decir en una hoja, máxime dos, lo que eres? ¡Qué intenso!
Uno se pasa "rompiendo" la cabeza tratando de encontrar los datos correctos que llenen los vacíos que se presentan. Trato y trato, y nuevamente vuelvo a tratar de parecer sumamente interesante. Tratanto de "cuadrar" en las exigencias caballerescas del actual ambiente laboral... Pero, ¡qué más! Uno lo hace con la ilusión de estar invirtiendo en su futuro, de que mañana el sol salga más brillante...
Y realmente espero que así sea...
Uno se pasa "rompiendo" la cabeza tratando de encontrar los datos correctos que llenen los vacíos que se presentan. Trato y trato, y nuevamente vuelvo a tratar de parecer sumamente interesante. Tratanto de "cuadrar" en las exigencias caballerescas del actual ambiente laboral... Pero, ¡qué más! Uno lo hace con la ilusión de estar invirtiendo en su futuro, de que mañana el sol salga más brillante...
Y realmente espero que así sea...
22 de noviembre de 2006
Sueños efímeros... Sueñor reales
No podía contener las lágrimas; pero tenía que hacerlo. Y no por vergüenza, sino porque es parte de mi esencia. Mi corazón estaba concrito, pensando en la realidad de nuestro mundo, en cómo aquellos, a quienes deberías amar, son los más pisoteados... Pero lo más impresionante, es ver cómo, un simple sueño, un sueño de verano, se había de convertir en lo ahora es. ¡Ése es un gran ejemplo! Pero también, un gran aplauso a la caridad de los humanos... ¡Que sí existe! ¡Ánimo!
Ver los testimonios de tanta y tanta gente agradecida, tantas y tantas vidas transformadas, no sólo por el donativo, sino por su gran fuerza de voluntad, por el deseo de ellas de salir adelante. ¡Ésa es la gran enseñanza! Son sueños que se construyen día a día, con gran fuerza de voluntad... Aprendamos un poco de aquellos, que con su vida, nos muestran que los deseos de ser mejor se pueden cumplir, en el momento que se dejan de poner pretextos "baratos"...
¡Cuánto amor se irradia! ¡El mundo lleno de amor! ¿Cómo no llorar?
Ver los testimonios de tanta y tanta gente agradecida, tantas y tantas vidas transformadas, no sólo por el donativo, sino por su gran fuerza de voluntad, por el deseo de ellas de salir adelante. ¡Ésa es la gran enseñanza! Son sueños que se construyen día a día, con gran fuerza de voluntad... Aprendamos un poco de aquellos, que con su vida, nos muestran que los deseos de ser mejor se pueden cumplir, en el momento que se dejan de poner pretextos "baratos"...
¡Cuánto amor se irradia! ¡El mundo lleno de amor! ¿Cómo no llorar?
21 de noviembre de 2006
Y por demás...
Uno tiene la necesidad de separarse de la realidad de vez en cuando. ¡Es necesario! Sin esos momentos en que la realidad se ve difuminada, la vida no tendría sentido. Hay que encontrarle un sentido en el sinsentido... Y construir tu vida hacia adelante...
16 de noviembre de 2006
Hoy tengo ganas de ser cursi...
Mientras respiro en el aire el olor a arroz con leche recién hecho y el ambiente se llena con las ondas sonoras de una balada, el corazón palpita emocionado. Lo confieso, ¡hoy tengo ganas de ser cursi! Puede ser el frío y el sueter que hacen que mi cuerpo sienta esa caricia interna. Puede que mi alma quiera sentir el amor. Puede ser cualquier cosa pero, ¡hoy tengo ganas de ser cursi!
Lo cursi ha "pasado de moda". Ya no se ama a la "antigüita", con pausa, lento, con dedicación y empeño. Ahora se quieren las relaciones rápidas, las que no requieran tanto esfuerzo... Pero, ¡qué importa! Siempre habrá uno que otro "chapado a lo antaño" que tratemos de ser cursis a más no poder. Las cosas que realmente valen la pena no salen a la primera... Hay que intentar una y otra vez...
Eso del amor, verdaderamente cómo mueve al mundo. Lo detiene, lo levanta, lo ensalza, lo llena. Sin él, sólo encontramos vacío. Pero se desvitúa al amor. Se tiene como objeto de cambio, de compra - venta. ¡Qué lástima! Cuando el amor es lo maravilloso.
¡Qué dicha tener un grandioso sentimiento como el amor! Yo amo, tú amas, él ama, nosotros amamos, ustedes aman...
No tengan miedo de ser cursis... Al menos, de vez en cuando...
Plagiando...
Confesaré, soy un ladrón. He vivido robando o intentando hacerlo, trozos de vida. Uniendo, remendando, cortando y pegando; pero nunca queda bien... Confesaré, soy un ladrón.
A lo largo de estos años, he deseado fervorozamente tener una vida distinta a la mía. Me he esforzado, pero la inconstancia me pesa y me derrumba, y no me deja andar. He anhelado pisar otros suelos, volar otros cielos, subir más allá; pero me veo con los pies clavados en la tierra, sin poder dar algunos pasos... ¡Y cuando ya voy en camino!, algo sucede.
Es desesperante... Creo que me quedaré con mi cadena perpetua...
13 de noviembre de 2006
Pezzi da un sogno...
Cuéntase que se cuenta, en un país que nadie recuerda, y en lugar que nadie conoce, que historia, común y corriente, transcurrió...
La noche ella bellísima. La luz de la luna contorneaba sus figuras femeninas, a través de sus ropas transparentes. El mar bañaba sus pies, y la arena jugueteaba con sus finos dedos. El viento le iluminaba el rostro, y su mirada era el reflejo de las estrellas del cielo. ¡Era hermosísima! Era toda una venus esperando a su amado, para poder compartir con él todo su amor.
Habían sufrido mucho. Durante todo el tiempo de conocerse no habían podido amarse. La distancia los separaba. Y aún, cuando cada noche soñaban con ellos mismos, por dentro morían de amor por el otro. Sólo se habían visto en una ocasión; a través de las olas del mar. Y ese amor crecía como un huracán día con día.
A veces pensaban que no eran el único para el otro; y aunque las tentaciones a veces llegaban, tomaban fuerzas y permanecían fieles. Y el tiempo pasaba, y no podían estar juntos. Al parecer, su destino era el permanecer solos, lejos... cada cual con el corazón roto.
Caminaba muy lentamente por la playa. Sus pasos le llevaban lejos de los demás. Sólo retenía en su pensamientos su imagen. Ésa día estaba decidido a arrancarsela del corazón y dejarla ir. ¡No podía soportar más su ausencia! De repente lo vio brillar a lo lejos, pequeño, danzando sobre las olas del mar. A veces desaparecía a sus ojos, pero nuevamente salía a flote. Y llegó a la orilla de la playa... Era una botellita con algo dentro. Incrédulo, lo mantuvo entre sus manos, pensando en qué podría ser, quién lo mandaría... Destapó el corchó lentamente y, con un poco de esfuerzo, sacó la notita que estaba dentro: "Amada mía. Nunca tuve el valor de dejar estas tierras. Mi corazón estaba dispuesto, pero mi razón era muy temerosa. Te amo, en verdad te amo. Me duele muchísimo el saber que te he perdido. Que ahora estás en el cielo, velando mis sueños, que esperaste por mí, pero yo nunca me atreví a ir más allá. ¡Qué tuve pavor! Espero que esta carta inspire a muchos amores a unirse, a no dejar pasar el tiempo... ¡A entregarse al amor!. En memoria tuya. Tu amante por toda la eternidad". De sus ojos salían miles de lágrimas. Bañaba su rostro. No podía creer lo que estaba leyendo.
Salió corriendo. Las lágrimas caían a los lados de su camino. Ahora el fuego de su pecho le quemaba. Quería estar donde ella estaba. Tomo sus cosas y se puso a navegar... Hizo algunos días, y estando a punto de llegar, la vislumbró en la playa, y ella a él...
Pero una ola furtiva le pegó a la nave, y lo hizo caer. Luchaba contra las olas que le llevaban lejos, le apartaban. Ella se arrojó al mar con el afán de llevarlo al lado suyo. Estaba cerca. No podía permitir que el mar se lo arrebatara. Pero todo fue inútil... Él desapareció.
Cada día, cada noche, a cada momento recorría la playa esperando poder encontrarle... Y cierta noche, bajo la luz de la luna... ¡El apareció! No podía creerlo. Él estaba ahí. Lo llenó de besos, de abrazos, de caricias... ¡de amor!
Y ahí estaba él. Estrechando entre sus brazos a su amada... Y en una mano, la carta que tanto lo había inspirado...
La noche ella bellísima. La luz de la luna contorneaba sus figuras femeninas, a través de sus ropas transparentes. El mar bañaba sus pies, y la arena jugueteaba con sus finos dedos. El viento le iluminaba el rostro, y su mirada era el reflejo de las estrellas del cielo. ¡Era hermosísima! Era toda una venus esperando a su amado, para poder compartir con él todo su amor.
Habían sufrido mucho. Durante todo el tiempo de conocerse no habían podido amarse. La distancia los separaba. Y aún, cuando cada noche soñaban con ellos mismos, por dentro morían de amor por el otro. Sólo se habían visto en una ocasión; a través de las olas del mar. Y ese amor crecía como un huracán día con día.
A veces pensaban que no eran el único para el otro; y aunque las tentaciones a veces llegaban, tomaban fuerzas y permanecían fieles. Y el tiempo pasaba, y no podían estar juntos. Al parecer, su destino era el permanecer solos, lejos... cada cual con el corazón roto.
Caminaba muy lentamente por la playa. Sus pasos le llevaban lejos de los demás. Sólo retenía en su pensamientos su imagen. Ésa día estaba decidido a arrancarsela del corazón y dejarla ir. ¡No podía soportar más su ausencia! De repente lo vio brillar a lo lejos, pequeño, danzando sobre las olas del mar. A veces desaparecía a sus ojos, pero nuevamente salía a flote. Y llegó a la orilla de la playa... Era una botellita con algo dentro. Incrédulo, lo mantuvo entre sus manos, pensando en qué podría ser, quién lo mandaría... Destapó el corchó lentamente y, con un poco de esfuerzo, sacó la notita que estaba dentro: "Amada mía. Nunca tuve el valor de dejar estas tierras. Mi corazón estaba dispuesto, pero mi razón era muy temerosa. Te amo, en verdad te amo. Me duele muchísimo el saber que te he perdido. Que ahora estás en el cielo, velando mis sueños, que esperaste por mí, pero yo nunca me atreví a ir más allá. ¡Qué tuve pavor! Espero que esta carta inspire a muchos amores a unirse, a no dejar pasar el tiempo... ¡A entregarse al amor!. En memoria tuya. Tu amante por toda la eternidad". De sus ojos salían miles de lágrimas. Bañaba su rostro. No podía creer lo que estaba leyendo.
Salió corriendo. Las lágrimas caían a los lados de su camino. Ahora el fuego de su pecho le quemaba. Quería estar donde ella estaba. Tomo sus cosas y se puso a navegar... Hizo algunos días, y estando a punto de llegar, la vislumbró en la playa, y ella a él...
Pero una ola furtiva le pegó a la nave, y lo hizo caer. Luchaba contra las olas que le llevaban lejos, le apartaban. Ella se arrojó al mar con el afán de llevarlo al lado suyo. Estaba cerca. No podía permitir que el mar se lo arrebatara. Pero todo fue inútil... Él desapareció.
Cada día, cada noche, a cada momento recorría la playa esperando poder encontrarle... Y cierta noche, bajo la luz de la luna... ¡El apareció! No podía creerlo. Él estaba ahí. Lo llenó de besos, de abrazos, de caricias... ¡de amor!
Y ahí estaba él. Estrechando entre sus brazos a su amada... Y en una mano, la carta que tanto lo había inspirado...
Sombras...
Hoy no tengo nada "especial" para escribir. Y aún cuando ahora que empiezo a escribir las primeras letras, llegan a mi mente algunos temas, hoy, no quiero escribir sobre ellos. Hoy, simplemente quiero dejar que los dedos bailen alrededor de los teclados, y que sean ellos quienes dirijan cada palabra.
No escribí nada en algunos días, ya que salí de Mérida. He regresado nuevamente, y me he encontrado de nuevo conmigo mismo. "Hola", me dije. "¿Cómo estuviste?" "Pues, estuve", me respondí.
Hoy el sol está jugando a las escondidillas. Como niño travieso, se escondé detrás de las nubes, y de vez en vez, deja escapar unos pequeños rayos de sol. Las nubes le acompañan con su danza, y corren a través del cielo...
No, hoy no quiero escribir... Aún tengo algunos minutos para dormir un poco más.
9 de noviembre de 2006
Yo sé que sé... ¿Y?
Estaba atrapado en medio de la película "21 gramos", mientras pensaba y escribía en una libreta lo que pondría en mi blog... He escuchado muy buenas críticas acerca de Alejandro González Iñárritu, mucho más ahora que su película "Babel" se estrenará el viernes.
Pero, no escribiré sobre cine hoy, quizás más adelante, pero hoy no será...
Es curioso cómo, a la hora de leer algo, cuando es por placer, se "mastica" con mucha calma y con cierta emoción, aún cuando es algo relacionado con la escuela. ¡Maravillosos recovetos de la mente! Tomé unas copias que tristemente vagaban por los rincones de la casa, ignorados, tal vez desvalorizados... empolvados. Yo, dentro de mis huídas de la realidad, a veces me escondó entre las líneas de alguna buena "historieta" o de algún tratado sobre "cuasi" superación. Siento como hacen palpitar mi corazón, me contagian, me hacen soñar en sus ideales, en desear fervorozamente una metamorfosis... Y las tomé, motivado por el deseo (casi religioso de la mayoría de los psicólogos) de ayudar a las personas, más que por aprender algo acerca de mí. No era la primera vez que veía esas hojas, pero esa tarde me hicieron "ojitos". "Las trampas vitales", leí.
"¿Te atraen las relaciones con personas que son frías contigo? ¿Sientes que existe en tu interior algún tipo de imperfección que impide que seas querido y aceptado por alguien que te conozca de verdad? ¿Te sorprende que, a pesar del reconocimiento general, todavía te sientes infeliz, insatisfecho o desvaloralizado?".
Ésas eran las primeras líneas del libro. Preguntas de este tipo me hipnotizaron. Y seguí leyendo, y con cada palabra me cautivaba cada vez más, me sentí por un momento "enamorado" nuevamente de la psicología. El caso es que ahí me vi envuelto. Me sentí como niño cuando le llega su regalo de navidad. ¡Realmente estaba entusiasmado!
No me detendré a hablar sobre el contenido del libro, sino sobre sus efectos. He reconocido, gracias a esta lectura, aspectos de mi vida. ¡Reconocido una vez más! Es decir, no es la primera vez que leo, escucho, veo, siento, que ciertos trozos de mi existencia son oscuros, me invalidan, me detienen, me hieren... Nuevamente, ante mis ojos, estaban ahí, burlándose una vez más, haciéndome imaginar sueños efímeros de lo más utópicos.
Ella lo sabía perfectamente, sabía que estaba en un error, pero no podía desprenderse de aquella situación. Lloraba todas las noches, esperando que llegara. En su ausencia, le maldecía, se prometía no volver a caer. Pero cuando aparecía, su sombra de soledad huía y se sentía dichosa, llena de vida. Luego, cuando él desaparecía, el sentimiento de haber sido utilizada le invadía. Renegaba, se llenaba a ella misma de injurias. "Soledad, soledad, dichosa soledad". Le susurraba al oído mundos fantásticos, donde esa felicidad que tanto anhelaba la embargaba... Y no entendía porqué seguía repitiendo lo mismo... ¡Siempre lo mismo!
Esa lectura me ha hecho comprender algo tan básico y esencial en esta vida: "El conocimiento no siempre implica el deseo de cambiar".
¿Entonces? Es claro que ni áun sabiendo los métodos y los medios necesarios, implica la "maravillosa" voluntad de cambiar nuestras actitudes, sentimientos ni deseos, y mucho menos si éste está muy arragaido.
Yo sé que sé... ¿Y?
Me ha hecho pensar irremediablemente en mi futuro, pero también en mi pasado, y con mayor fuerza en mi presente. Yo sé que sé, aunque eso no cambia nada.
¿Qué sigue? Creo que es tiempo de arrojar los miedos, al menos en un arranque de locura, y acudir con el "médico de la mente" a que tome mi mano y me ayude a dar algunos pasos fuera de la realidad que me he construído. Me arrojaré cual "Gerónimo" al vacío. Me arroparé en el manto de mis deseos y anhelos. Quizás sufra... Estaré preparado.
7 de noviembre de 2006
¡Hola! Disculpe, ¿cuántas calorías?
Prometo que era un día normal. De extraordinario no tenía nada, con la única excepción de estar esperando de más (con lo que odio que me hagan esperar). Por lo que decidí ir a "matar" el tiempo. Veía a las personas tomarse de la mano, otras tantas intercambiar palabras que les llenaban de dicha, una que otra media perdida buscando "algo" entre el mar de almas (quizás a su otra mitad). Veía lo hermosa que es nuestra cultura, la belleza de sus tejidos, lo maravillo de sus colores, lo creativo de sus artesanos.
"Luchando contra el mal, llega del planeta gordiñi, un súper héroe de nombre Edu do nascimento. Que acabará con el malvado calórico en su afán de conquistar el mundo".
"¿Cómo dicen que se llama esto? ¿Mérida en domingo? ¡Oh!"
Y buscando sin buscar, encontré sin querer encontrar. El aire se llenó con las ondas expansivas de una jarana y de las voz del anunciador que presentaba, a propios y extraños, este grandioso baile mestizo. Ahí estaba disfrutando de los pequeños brinquitos de los danzantes, de los gritos de júbilo y de su jolgorio contagioso que allanaba, "sin querer, queriendo", mi, tan a veces duro, corazón.
Y sucedió... En medio de la emoción, de valorar la sangre que corre entre mis venas, de, inclusive verme motivado a decir: "me gustaría aprender a bailar así". De sentirme especial con cada palmada de los múltiples aplausos que recibían aquellos que, con sonrisa en rostro trazaban graciosas figuras y pasos aventureros, deleitaban las pupilas de mis cristalinos ojos. Ahí, en medio de este "huracanezco" sentir, escuché a mis espaldas: "Imagínate cuántas calorías están quemando"... No me molestó verme arrebato de mi abstracción, ni siquiera el hecho que, justamente esa "prójima", estaba empujando maliciosamente para poder colarse en una pequeña rendija humana...
¿Calorías? ¿Perdón? ¿Cómo que calorías?, pensé. ¿Qué tienen que ver las calorías en este momento? ¡Por el amor de Dios! Y fue en ese momento cuando el "veinte me cayó". Últimamente eso de las calorías lo he escuchado a todo mi derredor. ¡Y está tomando tintes cataclísticos! No quiero asustarme, pero hasta en los sueños veo calorías.
Mi intención no es satanizar a las calorías. Estoy de acuerdo con la preocupación prudente de lo que se consume, con el afán de guardar, por salud, una buena dieta. Digo, empecemos pensando en la palabra dieta. ¿Qué es lo que se imagina, en primera instancia, cuando se habla de dieta? Pues, en aquello que nos ayuda a bajar de peso. ¡Mentira! ¡Vil mentira!
Dieta es, lo que comemos a diario. Ésa es nuestra dieta. Nuestra simple y llana alimentación. Claro está que no todos tenemos una buena dieta. Luego unos tenemos unas dietas "de miedo", con cosas "chatarra" y "cero alimenticias". Pero, desde ahí empezaremos a "destruir" todos los conceptualizaciones erradas acerca del tema.
Entonces, ¿qué sucede ahora? El tema de las calorías se está apoderando de casi todos los ámbitos de nuestra vida... ¡Y no voy a permitir que suceda!
"Luchando contra el mal, llega del planeta gordiñi, un súper héroe de nombre Edu do nascimento. Que acabará con el malvado calórico en su afán de conquistar el mundo".
Sorprendido me he encontrado con que hasta al beso le han puesto cantidad calorífica: ¡10 calorías por un beso suave! No imagino al mundo pendiente de cada caloría que está consumiendo o dejando de consumir; o la actividad que está realizando, cuántas calorías "quema". ¡Yo no podría vivir en este mundo! ¡Qué triste sería! ¡Nooooooooo! ¡Me rehuso!
Insisto, el hecho de que estés pendiente de las calorías, por una buena salud, está bien. Pero de ahí de trasladarlo a cada aspecto de vida, a que sea ella quien tome las riendas. ¡Jamás!
"Ojo, mucho ojo, cuénteselo a quien más confianza le tenga".
Espero que el día no llegue en que nuestro saludo inicial sea: ¡Hola! Disculpe, ¿cuántas calorías?
El demonio o nosotros mismos... ¡Pero siempre tentados!
"Es en la lucha contra las tentaciones, es donde se forjan determinadas virtudes, no todas ni mucho menos, pero hay algunas virtudes que sólo se forjan en la lucha, y después vamos a ver que algunas sólo en la lucha contra la tentación. Hay una frase preciosa que repetían los santos padres y es ésta, sin el odio del verdugo no tendríamos la paciencia de los mártires, y ésta es una maravillosa verdad, sin el odio del verdugo no tendríamos la paciencia de los mártires".
Fragmento de la conferencia del P. Fortea "El demonio como instrumentum santificationis".
Sentado frenta a la computadora. Una ventanita de imágenes, otra más de "power point" y todavía una más con la música de Shakira, tratando de borrar las palabras pronunciadas por el P. Fortea en su conferencia, pero que he tenido el cuidado de "conservarlas" para leerlas una vez más. Dicen que Dios te habla de maneras misteriosas, pero en ningún momento imaginé que pudiera usar el mp3. Aquí, sentado, luchando contra mí mismo.
"¡¡¡Lucharán a dos de tres caídas, sin límite de tiempo!!! ¡En esta esquina los técnicos, la razón, la voluntad y los deseos! ¡En esta otra, los rudos, los rudos, los rudos, el desánimo, la pereza y los sentimientos!
La confrontación suele ser intensa, y a veces los "rudos" ganan... ¡Como ahora! Y me detengo a pensar en los momentos que vienen, que van, que pasan. Pienso, escucho, medito... ¡Pero no hago!
Una vez más. Año con año llegan las estaciones. Momento a momento llegan las sensaciones...
Extraigo lo que puedo de cada palabra del P. Fortea - "es en la lucha contra las tentaciones donde se forjan determinadas virtudes" -, y trato lentamente de digerirlas. Tentaciones. ¡Tentaciones! ¿Tentaciones? ¡Mmmm! ¿Qué "desgraciadas" tentaciones? ¿Cuál es el motivo por el cuál no me pueden dejar en paz? Forjar virtudes... ¡Ajá! ¿De qué quieres tu helado, Dios? Vengo intentando forjar virtudes... Creo que esa parte de mi alma se ha oxidado. Claro que para luchar hay que tener la voluntad de enfrentarte a esas tentaciones. Pero, ¿y si esas tentaciones se han hecho parte de tu vida? ¿Y si en algún momento de esa lucha las he abrazado y me aferro a ellas? ¡Mmmm! Creo que el caso se está
complicando...
"Bueno, ¿911? Tenemos una emergencia. Acaba mi alma de sufrir un atentado... Se está desgarrando lentamente".
Hay de visiones a visiones. Y la visión que me persigue como fantasma en pena, es la de ser un gran, pero gran hombre de bien. ¿Y cuándo se aparece el mal? ¡Chispas! ¡Ahí es el problema!
Rayos, el ruido de la música me atormenta... Pero me atormenta también el silencio. Me obliga a pensar. ¡Y lo que menos quiero ahora es pensar! ¡Odio pensar en lo que está pasando! Es como ver mi propio camino al Holocausto...
"Las manos atadas a la espalda. Camina con la mirada perdida. Pero con el pensamiento hacia el cielo. Observa cómo las llamas del infierno se abren ante sí, pero no se inmuta. Camina, tan lentamente que los segundo pueden contar sus pasos. No puede detenerse. Sólo ve cómo por el camino los sueños preparan sus maletas para luego irse. Se ha perdido todo... ¡Ha ganado su nada! Sus andrajosos harapos son sólo la muestra externa de su desgarrado interior. Sigue sus paso. Sus huellas han quedado marcadas en el camino como lo que fue: primero fuertes, luego débiles y ahora casi arrastrándose. Está a punto de caer en ese abismo de fuego..."
Durante esta época del año suele llover mucho. Ver caer las gotas a través de la ventana o escucharles en la caída que ha de inmolarles, es de lo más maravilloso en este mundo... Creo que, pensando un poco en este detalle, me fascina porqué es ver cómo puede el agua "lavar" las cosas del mundo... Como con el agua todo se detiene... Las calles vacías, el silencio "mundano", la paz... Es lindo ver todo aquello que gira en torno a una simple lluvia. A mí me detiene el ritmo de vida. Y a casi todos...
Pero, además admiro la lluvia por algo que yo no tengo: "agua". ¿Agua? ¿Cómo que agua?
"¡Extra, extra! Se buscan lágrimas. Hombre solicita a quien le pueda dar lágrimas para poder llorar!".
Me pongo a pensar en el tiempo... ¿Qué es el tiempo? ¡Ops! Perdón, no por ahí iba... Me pongo a pensar en el tiempo que no he llorado. ¿Llorado? ¿Para qué quieres llorar? ¡Me parece un disparate! Por ahí leí que después de la "tormenta la calma llegará" (¡Ja! Cualquier coincidencia con una canción, es pura casualidad). Otro, mejor; he leído por ahí que el llanto ayuda a liberar cosas que nos pesan... Imagínense cargar con años y años de peso injustificado, por no tener las lágrimas para descargarlas...
"¡Extra, extra! ¡Se buscan lágrimas para poder llorar!".
Y para terminar... La vida no acaba ahora... No queda más "remedio" que enfrentarnos a nuestros más grandes miedos... A veces se quisiera dormir o desaparecer para no tener que responder a las responsabilidades que nos exigen cuentas... Pero la vida no es fácil... Es linda, pero a veces hay que "ponernos las pilas"...
Yo aún estoy en el "bendito" camino... Puedo caer, quizás en momentos darme por vencido, quizás ya no quiera seguir... Afortunamente, hay ángeles que nos tienden la mano...
"Tan grande es Dios que no nos abandona. Envío ángeles para que vivan entre nosotros"...
Vive la vida... Cambio y fuera... Carpe Diem
6 de noviembre de 2006
Primera impresión...
Siempre que se quiere hacer algo por primera vez, se quiere dejar una buena imagen; impresionar; "ganarte" las sonrisas, los aplausos, la admiración...
¿Dentro de todo ese "glamour", dónde queda nuestro yo? Me he topado con personas que platican que les cuesta trabajo saber quiénes son. ¡No se conocen! Y, en teoría, ésa es una de las primeras cosas que hace el niño cuando está creciendo. Primero se da cuenta que es, que existe.
Pero con el paso del tiempo, en lugar de "avivar el fuego" de yo soy porqué soy, empieza a imperar el yo soy porqué tengo... "porqué tengo amigos, porqué tengo aplausos, porqué tengo la admiración de los demás". ¡Y ésa es nuestra carta de presentación! Olvidamos que verdaderamente valemos por lo que somos. Estamos "atados" a múltiples cadenas...
¿¡Dónde está nuestra libertad!? ¿Dónde quedó nuestro espíritu libre de ataduras? ¿Dónde estamos nosotros? El mundo está atando "lentamente". Ata en el momento en que se deja arrastrar por las cosas "de onda", las cosas efímeras, las cosas que dan estatus, entre muchas otras...
"¡Libertad, libertad! ¡Cuántos crímenes se cometen en tu nombre". Madame Roland. Es una realidad que bajo la bandera de la libertad, se esclaviza al hombre. "La verdad os hará libres"...
Entonces, la mejor impresión, la primera impresión, es la de ser auténticos... Ser libres...
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