7 de diciembre de 2006

La ventana...

¿Nunca les ha pasado que estando en casa al mirar una ventana ven el cielo con nubes grises amenazantes con la lluvia, atemorizantes; mientras que al mirar hacia otra ventana, opuesta a la anterior, ven el cielo azul con unos rayos de sol hermosos, que iluminan cada espacio por donde van?

Dos ventanas, pero el mismo cielo. Por un lado la parte oscura, tenebrosa. Por otro, la iluminada, alegre.


Así es la vida, bajo sus dos vertientes. A veces seré difícil, a veces será maravillosa. Cuando estamos en los momento de mayor complicación, renegamos a todo lo que antes teníamos. Peleamos, sufrimos, lloramos. Estamos mojándonos en la ignominia. El cielo sombrío nos impide ver el sol, y nos pasamos esos momentos cabizbajos, olvidándonos que es nuestra vida, y que así como el cielo puede tener dos "rostros", nuestra vida también las tiene. En los momento de mayor dificultad, olvidamos que antes de esta lluvia brillaba el sol en demasía, y que segurmante volverá a brillar pasada la tormenta...


Entonces, ¿por qué dejarnos abatir por la tristeza? Si después el cielo mostrará sus mejores galas, pintará un arcoirir y el cielo será mucho más brillante que antes. Quizás pocos lo entiendan, pero el oro no sería oro, si antes no se funde.