8 de enero de 2008

Una noche de soledad


Sí, debo confesarlo: las ansias me carcomen la piel y la angustia de no tenerla a mi lado me confunde. Sin embargo mi orgullo y mi "victimidad" no me dejan salir de casa y correr a sus brazos.

Sólo siento que mi frente se nubla y no me deja ser el mismo de siempre...

Es como si yo fuera un "aditivo", un complemento; pero que no siempre es necesario que esté. Te buscan a través de mí... ¡Y yo te busco desesperadamente! No entiendo, no entiendo.

Deseo tanto, lo anhelo tanto, pero no sé, no sé...

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