Al tiempo que veo el partido, no puedo dejar de pensar en mi familia, en mis estudios, pero especialmente en mi grandiosa novia. ¿Dónde está ella ahora? Se encuentra estudiando para su primer examen final del último semestre de su licenciatura. ¡Qué emoción y qué responsabilidad al mismo tiempo! Su licenciatura la compromete y por ende a mí, ya que no es sólo una carrera que la faculta para desempeñarse como una gran profesional, sino que le exige una coherencia de vida. Y es que así es, la Licenciatura en Ciencias de la Familia no es para menos. Es una gran carrera, que la verdad, es necesaria para las exigencias del mundo actual.
Cada una de las palabras que tengo para dicha licenciatura será siempre de grandeza, y es que es una de las mejores (corrijo, la mejor) carrera que pueda existe en todo el mundo. Sinceramente te transforma a lo largo de cada uno de los semestres, te exige, te compromete y te hace crecer no únicamente de manera profesiona, sino personal. Lo más importante sobre todas las cosas, es que se dedica a defender lo más importante en nuestra sociedad actual: la familia.
La familia está pasando por momentos cada vez más complicados, justo ahora se le ataca y se le desvalora; y hace falta un profesional que la proteja, y la proteja no sólo con argumentos profesionales, si no con la bandera de la verdad.
¡Ánimo! Agradezco a mi novia por todo lo que me ha enseñado a lo largo de los cuatro años, por todo lo que me ha "obligado" (a veces tenía que rezongar) a crecer como persona, por enseñarme la verdad, por darme argumentos para poder ser testimonio en el ámbito donde me muevo. Sé que será una gran profesional, una gran Licenciada en Ciencias de la Familia. Y sé que seremos ejemplo para este mundo. Mucho éxito; que Dios te acompañe en tu vida profesional.
Con mucho amor para la LCF Dulce Ofelia Rodríguez Alcocer.